Yopal, (Cas.) 17 de mayo de 2012. Los caminos húmedos
y amplios, recorridos por caños cristalinos, en época de verano, y rebosantes e
intransitables, en invierno, son los que diariamente recorría Luzmila Pérez
para llegar a la escuela donde estudiaba, en la verada ‘El Guaque’ del corregimiento
El Morro, en Yopal (Casanare).
Ese fue el motivo que la impulsó a
soñar en un futuro con mejores condiciones y facilidades. Una vez terminó la
Primaria, tuvo que trasladarse a Yopal y trabajar como vendedora de droguería,
al tiempo que continuaba sus estudios. Terminó el bachillerato, de forma
desescolarizada en Bogotá, en el año 2002.
Benditas entre ellos
En 2011, Luzmila inicia su formación en
soldadura en el SENA, en Casanare; al lado de ella, se presentaron 34 personas:
sólo 5 eran mujeres.
“Con dedicación, esfuerzo,
soportando las altas temperaturas, el intenso calor que le genera el uso de los
implementos de seguridad industrial, tales como guantes y careta, Luzmila se ha
destacado por encima de aprendices varones que, incluso, tienen experiencia en
el tema. La diferencia es bastante notoria” indicó Juan Sánchez, instructor
de soldadura.
Agregó Sánchez que las convocatorias a
este tipo de programas académicos son abiertas e indiscriminadas; es decir, que
no importa raza, género, o condición, pero que sin embargo el número de mujeres
que se presentan es bastante reducido: “ De las 5 mujeres que ingresaron con
Luzmila, dos se retiraron y las tres que siguen, se caracterizan por su
desempeño y dedicación” indicó.
“A todas les digo que se arriesguen,
que luchen por sus metas, que no se dejen opacar por el machismo. En este campo
de la soldadura hay un machismo muy marcado, pero no importa porque podemos
aprender, trabajar y sobresalir”, afirmó orgullosa Luzmila, quién además
asegura que su sueño es el de tener su propia empresa.
Formación certificada
Según Libia Andrea Chaparro
Niño,metodóloga de la Mesa Sectorial de Producción del Hidrocarburos, el
programa en el que esta joven aprendiz se destaca se desarrolla por niveles, en
ciclos de un año de duración, y como producto de la alianza del SENA con las
empresas Equión Energía Limited y West Arco, para efectos de que los aprendices
reciban la certificación de la Entidad y la calificación de soldadores API.
Este programa de formación que imparte
el SENA está enfocado a atender las necesidades de las empresas,
fundamentalmente del sector energético, asentadas en los municipios de Yopal,
Recetor y Tauramena.
“Luzmila está calificada y certificada
para desempeñarse bajo normas y estándares específicos, relacionados con
calderas y recipientes a presión, que son absolutamente importantes para la
industria, además que estimula la inclusión de genero en labores, reconocidas y
bien remuneradas” indicó Chaparro Niño.
Record de superación
Hija de lugareños recios y honestos,
Luzmila descubrió, desde edad temprana, que hay que luchar y trabajar por los
sueño y que su condición de mujer no era obstáculo para asumir trabajos rudos,
pues se sabe poseedora de disposición, habilidad, concentración y constancia
para cumplir con éxito cualquier labor que le sea asignada.
El regalo que Dios le hizo a través de
su hijo David Alejandro, que hoy cuenta con 8 años, y la búsqueda del sustento
la alejaron un tiempo de su propósito de prepararse, hasta que un amigo muy
cercano a su familia, soldador profesional, la motivó a que se capacitara en
soldadura; hecho que la llevó a ingresar al SENA.
Mujeres, con menos oportunidades
Según un estudio del ‘Foro Económico
Mundial’ (FEM), en Colombia las mujeres avanzan poco en materia de igualdad
laboral; que ubican al país en el puesto 113, entre 134 naciones.
El FEM utiliza un indicador de cero a
uno para medir la igualdad, donde uno indica que hombres y mujeres tienen los
mismos derechos. En participación laboral femenina, Colombia saca 0,55 y en
equidad salarial 0,59.
Lo cierto es que aunque este tema
parece más social que económico, en el FEM están convencidos de que la
reducción de la desigualdad de género es clave para mejorar la competitividad,
pues las mujeres son, en promedio, la mitad de la fuerza laboral del país.