7 jul 2012

Soldadora de sueños


Yopal, (Cas.) 17 de mayo de 2012. Los caminos húmedos y amplios, recorridos por caños cristalinos, en época de verano, y rebosantes e intransitables, en invierno, son los que diariamente recorría Luzmila Pérez para llegar a la escuela donde estudiaba, en la verada ‘El Guaque’ del corregimiento El Morro, en Yopal (Casanare).
Ese fue el motivo que la impulsó a soñar en un futuro con mejores condiciones y facilidades. Una vez terminó la Primaria, tuvo que trasladarse a Yopal y trabajar como vendedora de droguería, al tiempo que continuaba sus estudios. Terminó el bachillerato, de forma desescolarizada en Bogotá, en el año 2002.
Benditas entre ellos

En 2011, Luzmila inicia su formación en soldadura en el SENA, en Casanare; al lado de ella, se presentaron 34 personas: sólo 5 eran mujeres.
Con dedicación, esfuerzo, soportando las altas temperaturas, el intenso calor que le genera el uso de los implementos de seguridad industrial, tales como guantes y careta, Luzmila se ha destacado por encima de aprendices varones que, incluso, tienen experiencia en el tema. La diferencia es bastante notoria” indicó Juan Sánchez, instructor de soldadura.
Agregó Sánchez que las convocatorias a este tipo de programas académicos son abiertas e indiscriminadas; es decir, que no importa raza, género, o condición, pero que sin embargo el número de mujeres que se presentan es bastante reducido: “ De las 5 mujeres que ingresaron con Luzmila, dos se retiraron y las tres que siguen, se caracterizan por su desempeño y dedicación” indicó.
“A todas les digo que se arriesguen, que luchen por sus metas, que no se dejen opacar por el machismo. En este campo de la soldadura hay un machismo muy marcado, pero no importa porque podemos aprender, trabajar y sobresalir”, afirmó orgullosa Luzmila, quién además asegura que su sueño es el de tener su propia empresa.
Formación certificada

Según Libia Andrea Chaparro Niño,metodóloga de la Mesa Sectorial de Producción del Hidrocarburos, el programa en el que esta joven aprendiz se destaca se desarrolla por niveles, en ciclos de un año de duración, y como producto de la alianza del SENA con las empresas Equión Energía Limited y West Arco, para efectos de que los aprendices reciban la certificación de la Entidad y la calificación de soldadores API.
Este programa de formación que imparte el SENA está enfocado a atender las necesidades de las empresas, fundamentalmente del sector energético, asentadas en los municipios de Yopal, Recetor y Tauramena.
“Luzmila está calificada y certificada para desempeñarse bajo normas y estándares específicos, relacionados con calderas y recipientes a presión, que son absolutamente importantes para la industria, además que estimula la inclusión de genero en labores, reconocidas y bien remuneradas” indicó Chaparro Niño.
Record de superación

Hija de lugareños recios y honestos, Luzmila descubrió, desde edad temprana, que hay que luchar y trabajar por los sueño y que su condición de mujer no era obstáculo para asumir trabajos rudos, pues se sabe poseedora de disposición, habilidad, concentración y constancia para cumplir con éxito cualquier labor que le sea asignada.
El regalo que Dios le hizo a través de su hijo David Alejandro, que hoy cuenta con 8 años, y la búsqueda del sustento la alejaron un tiempo de su propósito de prepararse, hasta que un amigo muy cercano a su familia, soldador profesional, la motivó a que se capacitara en soldadura; hecho que la llevó a ingresar al SENA.
Mujeres, con menos oportunidades

Según un estudio del ‘Foro Económico Mundial’ (FEM), en Colombia las mujeres avanzan poco en materia de igualdad laboral; que ubican al país en el puesto 113, entre 134 naciones.
El FEM utiliza un indicador de cero a uno para medir la igualdad, donde uno indica que hombres y mujeres tienen los mismos derechos. En participación laboral femenina, Colombia saca 0,55 y en equidad salarial 0,59.
Lo cierto es que aunque este tema parece más social que económico, en el FEM están convencidos de que la reducción de la desigualdad de género es clave para mejorar la competitividad, pues las mujeres son, en promedio, la mitad de la fuerza laboral del país.